lunes, 12 de abril de 2010

CAPITAL DEPORTIVA DE AMERICA





La idea en un principio pudo parecer una ilusión salida de una febril mente creadora de fantasías como la del ´loco Galindo´, pero no para Alberto Galindo Herrera que conocía muy bien los antecedentes y posibilidades que Cali podría esgrimir para solicitar la sede: el otorgamiento en 1946 de la Coupe Olympique por parte del Comité Olímpico Internacional y de la Coupe Fearnley en 1950; la realización de los VII Juegos Atléticos Nacionales en 1954; del IV Campeonato Infantil y Juvenil Centroamericano y del Caribe en Natación; el XV Campeonato Suramericano de Natación; el Campeonato Suramericano de Atletismo; una dirigencia local con capacidad empresarial que había permitido realizar con éxito diez ferias internacionales de la Caña de Azúcar, además de que la Junta Departamental de Deportes de Cali era una de las siete organizaciones que el Comité Internacional reconocía con categoría olímpica.

Considero, pues, que la ciudad ya estaba en condiciones de realizar el evento deportivo, y así lo consignó en el memorando ´Cali, Sede de los Juegos Panamericanos´. El sueño tenía los pies en la realidad y la imaginación se asentaba en las posibilidades, asegurando su viabilidad.

Cuenta su hijo Ramiro que un buen día, o quizá una noche de 1964, en una discoteca frente al Centro Administrativo Municipal, aún sin terminar, su padre departía con Jorge Herrera Barona, Enrique Ortiga y otros amigos. Allí, en medio de la conversación y la música, soltó la idea de solicitar para Cali la sede de los Juegos Panamericanos. La idea no se quedó en enunciado; se realizó al igual que otras anteriores, como su propuesta de introducir en las programaciones de las decembrinas ferias de Cali los grandes desfiles de reinas y carrozas a la manera de los que había presenciado alguna vez en New Jersey.

Manuel Carvajal apoyó incondicionalmente a Alberto Galindo y facilitó que se le abrieran las puertas de entidades, fundaciones, organizaciones culturales, deportivas y cívicas para que presentara la propuesta. La idea de la sede de los Juegos Panamericanos para Cali cayó en terreno fértil y se acogió con entusiasmo. Como dice Harold Zangen, se produjo un vigoroso “encuentro del Gobierno, el sector privado y la comunidad que unidos decidieron asumir el reto de sacar adelante los Juegos”.

Alberto Galindo Herrera envió carta, el 25 de enero de 1965, a Avery Brundage, presidente del Comité Olímpico Internacional, expresándole la aspiración de Cali. Recibió respuesta el 19 de febrero del mismo año ofreciéndole apoyo y sugiriéndole entrar en contacto con los comités olímpicos de Argentina, México, Brasil, Estados Unidos y con el general José Luis de Jesús Clark Flórez, de México, que era presidente de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa). Se dirigió también a J. Ferris, presidente de la Amateur Atletic de los Estados Unidos, en carta que exponía la aspiración, las condiciones de Cali y la importancia de los Juegos para la ciudad.

Tuvo incidencia don Alberto Galindo en la constitución del Comité Pro-Sede de los Juegos Olímpicos en el cual formó parte la Unidad de Acción Vallecaucana (UAV) (...). Este comité trabajó en varios frentes y conformó comisiones de deporte, finanzas, planeación y obras urbanísticas, asuntos culturales, promoción y civismo, relaciones públicas, problemas técnico-deportivos y asuntos jurídicos. Se adelantó toda una campaña promocional en el interior del país que resultó exitosa. El Ministerio de Educación, el Departamento y la Asamblea del Valle, la Alcaldía de Cali y el Concejo Municipal, el Comité Olímpico Colombiano y la Junta de Deportes del Valle acogieron, aprobaron y ofrecieron su apoyo efectivo a la idea.

Los juegos panamericanos de 1971 sirvieron como impulso para el progreso de la infraestructura de nuestra ciudad, gana gran importancia porque gracias a este se creo una villa panamericana, corvientiendo a cali en la capital deportiva de america un evento que sirvió para que muchos caleños tomaramos sentido de pertnencia con nuestra ciudad mostrándole la mejor cara a el mundo, demostrando que esta ciudad era mas que cocaína y farra, un espacio al deporte que se abrió en esa época y todavía perdura en la mente y en el quehacer de los caleños.

fuente:http://www.ccc.org.co/accion/098/q.html

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